Guerras, hambrunas, revueltas, pobreza, desastres naturales... A la dificultad técnica de toda foto, se une con frecuencia la dureza y peligrosidad del contexto y el elemento de la urgencia por saciar a las redacciones tan pronto como ocurre la noticia. No hay tiempo para poses ni segundos intentos. Como resultado, toda la magnitud del drama queda inmortalizada en ese disparo.
El fotoperiodismo se caracteriza por mantener, por encima de todo,
Como el retrato de este niño trabajando los campos de Corea del Norte. La impasividad de su rostro, su postura, la profundidad del paisaje, el vacío a su alrededor y la gama de colores, le envuelve de un áurea irreal que recuerda a los viejos posters de la propaganda comunista de Mao.
También hay algo bello (o artístico!) en el contraste entre los marcados gestos de estas dos sedientas mujeres y sus alegres ropajes mecidos por el viento, rodeadas de una nada de color sepia.
Y es que, cuando arte y denuncia se juntan, la fuerza de la imagen puede resultar arrolladora, ¿no creéis?
Os invito a ver el resto en el propio blog de Reuters, donde cada autor da más detalles sobre el contexto en el que tomó su foto.
Simplemente: impresionante...la fotografía tiene esa magia de inmortalizar un segundo concreto en un lugar determinado..nos sitúa como espectadores directos de realidades comunes y ajenas a la vez.
ResponderEliminarLas imagenes nos hablan a través de las formas, las luces, los contrastes, las expresiones de los rostros, el movimiento congelado (¡y al mismo tiempo tan vivo!)de los cuerpos...Estas fotografías nos hablan desde su silencio...sin palabras, solo hechos...Ojalá cada uno de nosotros sea capaz de asumir su porción de responsabilidad sobre lo que muestran estas imagenes y muchas otras realidades que conocemos pero preferimos ignorar...ojalá que un día dejemos de perdernos en las palabras y empecemos a hablar como las imagenes: mostrando hechos concretos y dejando que sean los demás quienes interpreten las sensaciones que provocamos...
le eché un vistazo al blog de reuters y realmente merece la pena, aunque por supuesto, te encoge el corazón...
ResponderEliminarun saludo de vuelta desde Madrid!